Descripción del curso
PRESENTACIÓN
Boyertown era una tranquila zona rural situada al noroeste de Filadelfia, Estados Unidos (EEUU), en la que el tiempo transcurría sin demasiados sobresaltos, pero a finales del año 1984 algo cambió. Era diciembre cuando uno de sus ciudadanos, Stanley Watras, ingeniero en la cercana central nuclear de Limerick, hizo saltar la alarma por radiación. Las autoridades trataron de encontrar el origen de la fuente radiactiva y, tras asegurarse de que no había fugas en la planta, orientaron sus investigaciones al exterior. Y no tuvieron que buscar muy lejos: en el interior de la casa del ingeniero detectaron una concentración de radón-222, un gas noble radiactivo, casi 2.000 veces mayor que los valores normales en EEUU. Este elemento procede de la desintegración del uranio-238 de muchas rocas, especialmente graníticas. Al tratarse de un gas, es capaz de colarse en las viviendas a través de las grietas y poros de las paredes y, en función de la composición y características de los suelos, alcanzar concentraciones elevadas en el interior de los edificios. Y eso es precisamente lo que ocurría en Boyertown. La tranquila zona rural al noroeste de Filadelfia descansaba sobre una inmensa masa de granito precámbrico con una concentración de uranio de hasta 80 partes por millón (ppm) cuando los valores típicos oscilan entre tres y cuatro. La extraña circunstancia se convirtió en el incidente Watras para los periódicos estadounidenses y agitó la preocupación de sus ciudadanos sobre los riesgos de la radiación natural sobre la salud acelerando las mediciones de los niveles de radón 222 en el interior de las viviendas.
El hombre está expuesto continuamente a radiación procedente de numerosas fuentes tanto naturales como artificiales. El Real Decreto sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes incluye la obligatoriedad de la identificación de las actividades laborales en las que los trabajadores puedan estar expuestos a fuentes artificiales de radiación (Cesio 137, Iridio-192, etc.). Una modificación reciente a este reglamento incluye la obligatoriedad de la identificación de las fuentes naturales de radiación (actividades en las que se remueven sustancias radiactivas procedentes de la corteza terrestre, como por ejemplo los trabajadores del granito -radón-, y actividades expuestas a la radiación cósmica, como es el caso del personal de vuelo de líneas aéreas).
El curso va dirigido a todos los profesionales relacionados con el ámbito laboral, de forma particularmente especial a médicos del trabajo e higienistas. En cada apartado se hará una introducción sobre el tema y se irán desglosando cada una de las patologías específicas. Al mismo tiempo se adjuntarán las publicaciones más recientes y los cambios legislativos actualizados.