Descripción del curso
PRESENTACIÓN
Podemos definir el emprendimiento como la transformación de una oportunidad en una empresa, pero no todo emprendimiento pasa por crear una empresa desde cero. Teniendo en cuenta que esta oportunidad puede ser un producto, un servicio o un proceso novedoso capaz de generar una demanda, la capacidad de crear riqueza de forma relevante y sostenible en el tiempo puede hacerse bien mediante el lanzamiento de nuevas actividades empresariales (emprendimiento) o bien mediante la renovación innovadora de una oportunidad dentro de una misma empresa (intraemprendimiento).
En el fondo, dentro o fuera de la empresa, emprender consiste en aguzar el ingenio para descubrir algo que todo el mundo intuye o busca pero que nadie sabe cómo obtener. Para ello, se necesita un don especial, pero no imposible de adquirir ya que desarrollar la iniciativa emprendedora se trata de un proceso que puede enseñarse y aprenderse.
Emprender no es tarea fácil. Socialmente tiene mayor aceptación la seguridad que proporciona un trabajo por cuenta ajena que la aventura empresarial incierta y arriesgada que comporta iniciar un negocio, crear una empresa.
La situación del mundo incluso nos puede hacer pensar que no es la más propicia para aventurarse a emprender, la competencia arrecia, los precios se han convertido en el acicate de los beneficios, la comercialización es cada vez más compleja y la comunicación cara y poco eficiente. Incluso en el caso del intraemprendimiento la presión del mercado de capitales dificulta el estímulo a la iniciativa y, paradójicamente, parece más justificable comprar la obra de un emprendedor o negocio que facilitarla en el seno de la propia empresa.
A pesar de todos sus inconvenientes, las ventajas que ofrece el emprendimiento son enormes:
El riesgo de emprender es menor en comparación con el riesgo de no hacerlo.
Lo que suele impedir el emprendimiento y crecimiento de un negocio, contrariamente a lo que parece ser, no son las condiciones externas del mercado o la competencia sino las condiciones y factores internos que rodean a la iniciativa emprendedora.
Muchos planes de negocio son poco ambiciosos. Están concebidos como una forma de autoempleo. Si creemos en lo que hacemos, hemos de ser ambiciosos. Crearemos empleo y beneficios que se podrán reinvertir en la empresa o en nuevos proyectos. Los emprendedores generan empleo además de contribuir con sus productos y servicios a mejorar la sociedad.
¿Qué cualidades caracterizan a un emprendedor? Emprender puede ser una opción de carrera, y como tal precisa de preparación y aprendizaje. Los emprendedores son personas que cuenten con iniciativa y espíritu emprendedor, personas a quienes les gusta y saben tomar decisiones, asumen los retos de acometer nuevos negocios, nuevos productos y nuevos mercados. Son entusiastas, valientes, soñadores, optimistas, ambiciosos, perseverantes, visionarios y tienen ese gusanillo emprendedor que les lleva a crear empresas.
La iniciativa emprendedora, como todo proceso, supone recorrer distintas etapas antes de materializar un nuevo proyecto: identificación de la oportunidad, evaluación y concreción, elaboración de un plan de negocio, búsqueda de recursos, diseños de las operaciones, ajuste del modelo de negocio a las circunstancias cambiantes del mercado y puesta en valor de la empresa.
Cuando salimos de nuestras situaciones de confort sacamos lo mejor de nosotros mismos y hacemos cosas que antes no nos atrevíamos a hacer, damos un paso adelante.
El emprendimiento por lo tanto requiere una gestión rigurosa, un modelo financiero viable y potencial como equipo humano.
Si las cosas nos van bien pensarán que ha sido producto de la suerte o de un pelotazo. Y en vez de admirarnos, nos envidiarán. Por el contrario, cuando las cosas nos vayan mal, nos tildarán de fracasados, aun sabiendo que en esta profesión hay un alto riesgo pues no todas las ideas triunfan ni son fáciles de llevar a cabo. Aceptemos mejor el fracaso, permitámonos fácilmente segundas oportunidades.
En el intraemprendimiento la dirección de la organización debe hacer posible el marco para que se pueda emprender dentro de la empresa (emplear talento, formar, entusiasmar, mejorar a las personas, remunerarlas, fomentar la cultura de la innovación y la diversificación, el trabajo en equipo, la discusión continua) y estimular la misma a través de un gobierno corporativo sensible al tema y comprometido con la empresa a largo plazo.
La teoría es que los fracasos generan aprendizaje.
El perfeccionismo, paradójicamente, es un obstáculo al crecimiento mayor que la falta de imaginación. Cuando aceptemos nuestro derecho a no ser perfectos podremos mostrar y vender nuestros prototipos imperfectos a socios y clientes.